
El reconocido productor Timbaland ha dado un paso más en su incursión en el mundo de la inteligencia artificial al anunciar el fichaje de su primera artista generada por IA: TaTa. Esta decisión marca el inicio de un nuevo proyecto en el que, según sus palabras, no solo está creando canciones, sino también “sistemas, historias y estrellas desde cero”.
TaTa es parte de Stage Zero, una empresa de entretenimiento basada en inteligencia artificial que Timbaland cofundó junto con Rocky Mudaliar y Zayd Portillo. A través de este emprendimiento, el productor estadounidense pretende impulsar un nuevo género musical que él ha bautizado como “A-Pop”, una especie de pop generado con tecnología de inteligencia artificial. Mientras algunos lo llaman una evolución cultural, otros no dudan en catalogarlo como una estrategia comercial revestida de futurismo.
En su declaración, Timbaland afirmó que ya no se limita a producir pistas musicales, a pesar de haber construido una carrera de gran éxito en ese ámbito. Ahora, asegura estar dedicado a “producir sistemas, historias y estrellas desde cero”. Sin embargo, lo que él define como “desde cero” implica utilizar modelos de lenguaje entrenados con música de otros artistas, lo que ha generado críticas en la industria musical por el uso de obras previas sin una participación creativa humana directa.
A pesar de que TaTa es un producto derivado de algoritmos y aprendizaje automático, Timbaland insiste en que no se trata de un avatar ni de un personaje digital. “TaTa es una artista musical viva, en constante aprendizaje y autónoma, construida con inteligencia artificial”, declaró con seriedad. “TaTa es el inicio de algo más grande. Es la primera artista de una nueva generación. A-Pop es la siguiente evolución cultural, y ella es su primer ícono.”
Lo que resulta aún más polémico es la visión expresada por Zayd Portillo, uno de los cofundadores de Stage Zero, quien afirmó: “Los artistas del futuro no serán solo humanos; serán propiedad intelectual, código y robótica completamente autónoma.” Esta declaración ha encendido las alarmas entre críticos y defensores de los derechos creativos, quienes ven con preocupación el rumbo que está tomando la industria.
El anuncio se suma a una creciente ola de entusiasmo —y controversia— en torno al uso de la inteligencia artificial en el arte. Mientras empresas y figuras influyentes del medio intentan posicionarse como pioneros en este nuevo territorio, persisten las dudas sobre la autenticidad, el valor artístico y las implicaciones éticas de sustituir el talento humano por código.
Así, con TaTa a la cabeza, Timbaland y su equipo buscan liderar un movimiento que podría redefinir lo que entendemos por música pop. Aunque todavía es pronto para saber si el público abrazará este nuevo género, lo cierto es que el debate sobre la inteligencia artificial en la industria creativa apenas comienza.