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ARTE Y CULTURA

Desaparición como resistencia: una poderosa novela palestina nominada al International Booker Prize

En medio de la violencia constante y el derramamiento de sangre en el conflicto entre Israel y Gaza, El libro de la desaparición de Ibtisam Azem —traducido del árabe por Sinan Antoon— emerge como una obra profundamente conmovedora y relevante para nuestros tiempos.

La novela, preseleccionada para el Premio Internacional Booker de este año, comienza con un acontecimiento tan inusual que parece una profecía oscura: los palestinos en todo Israel y los territorios ocupados desaparecen de manera repentina durante la noche. Este hecho surrealista no es solo un recurso narrativo, sino un símbolo potente de la eliminación sistemática y la marginación que el pueblo palestino ha sufrido desde la Nakba de 1948, cuando la expulsión de cientos de miles de personas marcó el inicio de una tragedia histórica que aún perdura.

Un mundo definido por la ausencia

La trama nos introduce a un escenario en el que la ausencia habla más fuerte que la presencia. La desaparición va más allá de lo físico; se transforma en un emblema persistente de generaciones perdidas en la lucha continua por el reconocimiento, la identidad y la justicia.

La historia gira en torno a Alaa, un palestino que vive en Tel Aviv, y su amigo judío israelí, Ariel. Su relación —llena de tensiones no expresadas y una camaradería silenciosa— es el canal que Azem, periodista palestina radicada en Nueva York, utiliza para explorar con delicadeza temas como la memoria, la pertenencia y la fragilidad de la identidad.

Tras la misteriosa desaparición de Alaa, Ariel queda atrapado en un vacío existencial, aferrándose al cuaderno rojo de su amigo. En él, Alaa deja plasmados recuerdos, reflexiones y cartas dirigidas a su abuela fallecida, Tata. A través de las palabras de Tata, Alaa revive la Nakba con una intensidad emocional que convierte la historia en algo íntimo, casi palpable. Así, el duelo personal se funde con la lucha colectiva, y la narrativa invita al lector a reflexionar sobre el costo de recuperar un lugar legítimo en la historia.

Voces desde el exilio

La prosa de Azem, bellamente traducida por Sinan Antoon, combina con lirismo la memoria individual con la experiencia colectiva, especialmente en ciudades como Jaffa, donde el pasado sigue marcando el presente. El cuaderno de Alaa reaviva el mundo del que proviene: los aromas desvanecidos, las canciones olvidadas y el dolor silenciado de un pueblo con un pasado arrebatado. La estructura del libro —que alterna entre el diario de Alaa y la perspectiva de Ariel— genera un intercambio conmovedor entre la presencia y la ausencia, y cuestiona la existencia misma en una tierra que niega la historia de su gente.

Lejos de ser solo una historia de desapariciones y duelo, la novela también es una reflexión sobre la resistencia. A través del poder de la memoria y la escritura, Azem demuestra que contar historias es en sí un acto de desafío. Lo que permanece, más allá de la desaparición física, es la huella emocional y cultural de quienes fueron borrados.

Un eco literario en la resistencia palestina

El libro de la desaparición forma parte de un creciente cuerpo de literatura palestina que busca rescatar y conservar las voces de un pueblo amenazado por el desplazamiento forzado, la violencia selectiva y el intento sistemático de erradicar su identidad cultural. Autores como Ghassan Kanafani, Mahmoud Darwish, Randa Jarrar y Susan Abulhawa han abordado por décadas los temas del exilio, la pertenencia y la dignidad. Al igual que ellos, Azem profundiza en la conexión visceral que los palestinos mantienen con su tierra natal y la lucha constante por vivir con dignidad bajo una ocupación prolongada.

Con una narrativa que entrelaza lo político y lo personal, la novela de Azem no solo denuncia, sino que también honra la memoria de un pueblo cuya historia sigue siendo escrita desde el silencio y la resistencia.